martes, 24 de agosto de 2010

Llama al otro, tu pareja


Esta meditación o llamada de alma a alma viene en un comentario sobre la unión de las almas a nivel de pareja. Es instructivo, inspirador y para algunos resultará esclarecedor. Leedlo entero y divulgadlo (está en enlaces favoritos como Theta Healing de Teodora Dora), es una maravillosa explicación del amor en pareja a nivel espiritual.
(Al final os recuerdo la localización de los chakras que requerís saber para esta meditación).


Texto extraído de la conferencia titulada:
“Las almas humanas y la sanación del condicionamiento amoroso”.
Canalización del arcángel Miguel, Quebec,
24 de febrero de 2000


En esta meditación, os invitamos a llamar al otro. Si tenéis pareja, no tengáis miedo y llamadla. Si os estáis separando, llamadle. Si estáis solos, llamad al otro. Y no olvidéis vuestra pareja interior. Este llamado se refiere no solo al exterior sino también al interior. Elegir la vida en pareja significa trabajar vuestra pareja interior. Acordaos de esto.

Os invitamos a respirar hondo. Antes de empezar con el ejercicio, reconoced la existencia del otro, incluso su presencia. Reconocéis que todos sois medio de evolución unos para con otros. A través de vuestras raíces celestes, los cabellos y el chakra de la coronilla, os invitamos a uniros con vuestras raíces terrestres, con los pies bien asentados en el suelo. Dejad que circule vuestra fuerza espiritual a través de todos los centros energéticos, a través del corazón, los brazos y las manos, que son las raíces del corazón. Escuchad el amor, dad y recibid amor.
Inspirad y espirad profundamente. Relajad el cuerpo físico y pedid a vuestra personalidad que participe. Pedidle que os acompañe durante esta meditación profunda. Aflojad los hombros, la mandíbula y los ojos. Daos permiso para expandir la conciencia, el corazón y la acción.

Ahora, suavemente, con vuestras manos de luz o con las físicas, tocad los chakras, los centros de energía que en este momento necesitan vuestra atención. Apaciguadlos aplacad vuestros miedos, calmad vuestras heridas amorosas. No dudéis, tocad esos centros de energía ahí donde sintáis malestar, vacio o sobrecarga. Sois un foco de luz, una llama eterna, una fuerza espiritual. Dejad que el amor os sane.

Pedid ahora a vuestras manos que dejen esos centros de energía y se pongan una enfrente a otra a la altura del corazón o del plexo. Durante unos segundos, contemplad a vuestra pareja interior: la mano izquierda representa la parte femenina y la derecha la masculina. Con los ojos abiertos o cerrados contemplad a vuestra pareja interior. Poco a poco, con vuestro permiso y con ese anhelo vuestro de sanar, dejad que las manos se junten para simbolizar la unión consciente del yin y el yang, el reencuentro y el reconocimiento del otro. Si notáis resistencias, aceptadlas, no las juzguéis. S no os sentís separados, no tenéis ninguna obligación de unir las manos.
Tras ese gesto de unión, colocad las manos sobre el cuerpo en actitud de apertura. Relajad la envoltura física. Reconoced el canal de luz y de amor que sois. Reconoced vuestro centro.

Inspirad y espirad. Llamad al otro con vuestra fuerza espiritual, la fuerza de vuestra alma, con vuestra identidad profunda. Llamad al otro y pedidle que venga hacia vosotros ahora Llamadlo con vuestro anhelo, con ese entrañable deseo de fusión y de amor. Llamad al otro. Llamadlo desde vuestro centro de luz, desde el amor.

Inspirad y espirad. Si el dolor emerge, amad. Este amor sana. Si asoma la tristeza, amad. Este amor sana, amad. Purificad. Y continuad llamándolo, invocad la fusión, la pareja, la unión en el amor. Mantened el nivel vibratorio de esta meditación y respirad hondo. Llamad al otro con toda libertad y recibid. Recibid, recibid. Inspirad profundamente y espirad. Mantened esa receptividad, porque sois un receptáculo de amor. Respirad.


  • Primer Chakra: Se encuentra al nivel de la base de la columna, en el perineo, el espacio que se encuentra entre el ano y los órganos sexuales.
  • Segundo Chakra: Situado debajo del ombligo, en la región genital, entre la quinta vértebra lumbar y el hueso sacro.
  • Tercer Chakra: Se ubica por encima del ombligo, entre esta zona y el plexo solar.
  • Cuarto Chakra: Se encuentra cerca del corazón, ubicado en la octaba vertebra.
  • Quinto Chakra: Ubicado en el plexo de la laringe, a nivel de la garganta, en la unión de la médula espinal con el bulbo raquídeo.
  • Sexto Chakra: Se sitúa a la altura del entrecejo, en la glándula pineal, también llamado tercer ojo.
  • Séptimo Chakra: Se encuentra en el centro del cráneo, sobre la fontanela y a diferencia de los otros, tiene una localización también por encima y por fuera de la cabeza. Cuando esta parte externa al cuerpo emana energía, se conoce como halo.