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martes, 17 de mayo de 2011

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Las energías terrestres como fundamento de la vida (título de un capítulo de “Hágase la luz, Manos que curan 2” de Barbara Ann Brennan.

Bien, no es lo que creías pero ya que estás leyendo esto sigue porque igual te interesa. ¿Estás a gusto donde vives? Es importante que lo que tienes alrededor te reflejen, sean tu yo. Mira un poquito más lejos, tu vecindario, tu edificio, tu barrio, tu ciudad. ¿Estás a gusto, te sientes bien?, ¿Tienes alguna sensación de otro lugar al que tendrías que ir, en el que tendrías que vivir?.

Cada ciudad tiene una esencia (y cosa curiosa también un horóscopo). Cada lugar de la Tiera posee una combinación de energético: es complejo, viene determinado por las configuraciones geológicas orgánicas e inorgáticas (edificios, plantas, minerales), de todas las pasadas y las que existen ahora, de las sociedades y actividades que se realizaron y se realizan, del campo magnético de la tierra y de los otros planetas que interactúan como energías.


En el feng shui chino tienen en cuenta la geománcia para elegir la localización beneficiosa de una residencia así como el diseño interior.

Vamos a ponerlo más fácil: ¿eres de playa o de montaña?, ¿te gusta la lluvia o el sol?, ¿te afectan las estaciones?.

“Algunas personas se sienten mejor por naturaleza, cerca del mar o cualquier extensión de agua, otras más a gusto en las montañas y otras en un desierto. Algunos prefieren el calor y la claridad constantes del desierto, sin lluvias; y otros un tiempo húmedo. 

Las tormentas elécticas, el ozono previo a la lluvia y las precipitaciones cargan y ayudan a despejar el campo aural, haciendo que la energía fluya más rápido a través del mismo”.
Bienvenidos a los de Bilbao que de lluvia estamos sobrados. 


Quizás la diferencia de personalidad  norte – sur (rapidez-lentitud trabajando) que se suele apreciar en los países cercanos al ecuador  tenga también que ver en esto además de que el “ calor agote”.

“El mar también carga la energía del aire, el aire húmedo y salado carga el campo aural y despeja de las frecuencias bajas o densas. Un paseo por la playa hace que el campo aural se dilate”.

Muchas veces vamos “al sol” a recargarnos de energía, como es el ejemplo de las vacaciones playeras. Así lo expresamos también: vamos “a cargarnos las pilas”. Al ponernos al sol recibimos energía. Si llueve durante mucho tiempo y está nublado, menos te carga y más malhumorado te pones. Quizás de ahí la proverbial sequedad de la gente del norte y la alegría de los del sur (al final todo se compensa). ¿Recibes sol suficiente o excesivo?.


La autora recomienda de hecho, unos veinte minutos de luz solar al día para conservar un buen nivel de carga.

“La sobredosis de sol que causa quemaduras en nuestro cuerpo físico queman también el primer nivel del campo aural, ya que los rayos solares hacen que se rompa y se parta en pequeños fragmentos como un cristal hecho añicos.
 La protección solar sólo bloquea los rayos perjudiciales pero no impide que el sol cargue su campo aural”. Aunque parezca incongruente es porque el primer nivel está ligado estrechamente a nuestro cuerpo físico y lo que nos daña éste también daña el áurico.


“La naturaleza carga el campo aural y lo equilibran con su entorno. En los escenarios naturales inalterados, hallamos nuestra sincronía natural con las energías del planeta.

Pasar varias horas a la semana en la naturaleza restablece el equilibrio entre tu campo aural y las energías terrestres.”

“Los árboles de un pinar vibran en una frecuencia muy similar a la del campo aural humano”: estate en uno de esos bosques o recóstate sobre el tronco de un pino del parque todo el tiempo que lo necesites.

“Las montañas nos ayudan a sentir la fuerza del reino mineral y a arraigarnos en esa fuerza para impulsarnos a las máximas alguras de nuestra conciencia”.

“EL aire limpio de un desierto nos invita a extender nuestro campo a largas distancias y a sentirnos más grandes, y para algunos, incluso más capaces de cómo éramos antes”.


“Los jardines, huertos y plantas nos ayudan a conectarnos con la Tierra, y suministran frecuencias de energías que nutre nuestro campo manteniendo la energía de una casa cargada, limpia y saludable”. También así lo que comemos.

“Nuestras preferencias varían en función de qué es compatible con las energías de nuestro campo aural y cómo queremos que fluyan”.


“Todos tenemos una idea del lugar donde nos gustaría vivir si pudiéramos”. Muchas personas les gusta vivir donde crecieron porque recuerdan con orgullo los parajes de su juventud y reproducen la conexión cuerpo-mente de la infancia.
 Otras personas, quizás con una infancia más difícil, comprueban que nuevos horizontes les sienta mejor en determinados momentos de su vida, como grandes ciudades con convergencia de energías e ideas (y también más de las densas).


 Lo que es normal para una persona puede ser una energía muy bjaa o alta para otra. Si elegimos el lugar de residencia de una forma más consciente (donde te sientas bien), estaremos en equilibrio no sólo energéticamente sino con nuestros planes de vida.

De hecho es muy habitual que un cambio en la vivienda (por dentro o por fuera), permita un reequilibrio energético, y un cambio de la vida de la persona constructivo y de sanación.

“Si de veras queremos desplazarnos a un nuevo entorno para inducir el tipo de cambio que desearíamos en nuestra vida, pero lo diferimos, podría ser una buena idea considerar la posibilidad de trasladarnos a una zona del país”, del barrio o ciudad (según sea para ti) “completamente nueva”.

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